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El papel del abogado Brad Beckworth en el equipo de gestión de Johnny Manziel

SAN DIEGO — A wicked wind whips the waves on to an almost-deserted Mission Beach still shrouded by the early-morning fog. It’s 55 degrees on the shore but colder in the Pacific Ocean when Johnny Manziel wades into waist-deep water.

Es el comienzo de otro día de nueve horas para Manziel, trabajando con el gurú de los mariscales de campo George Whitfield Jr., por tercer año consecutivo. Manziel tiene un propósito más grande este año. Él
quiere enviar un mensaje a la NFL, en particular a los Houston Texans, que tienen la primera selección global en el draft de mayo.

Manziel, extravagante dentro y fuera del campo, está decidido a mostrarle a los Texans que es más que un ganador del Trofeo Heisman con un apodo característico y más que un prospecto
cuya habilidad natural puede rayar en la brillantez. Quiere demostrar un enfoque láser y un impulso interminable hacia la perfección.

Quizás aún más importante, Johnny Manziel quiere distanciarse de Johnny Football.

Es por eso que está en el agua fría del océano con Whitfield gritando órdenes, pareciendo más como si estuviera entrenando para los Navy SEAL que para el draft de la NFL.

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